Nuestra inmunidad

Es esta época del año cuando resfriados y gripes invernales están sobre nosotros,  este año se verán agravados en gran medida por la covid-19. Al enfrentar esta amenaza de doble filo, es importante que prestemos atención a nuestras defensas. La primera y posiblemente nuestra mejor defensa es la propia inmunidad; hoy abordaremos en primer lugar el tema de nuestra inmunidad física.

Una buena inmunidad comienza con un microbioma bien equilibrado y mantenido, pues sin un microbioma fuerte y eficaz, cualquier otra cosa que consumamos o tomemos para combatir los virus no nos aportará todos los beneficios. La mayor parte de nuestro microbioma reside en nuestro intestino. A través de este órgano consumimos los alimentos que, en última instancia, mantendrán nuestra inmunidad y, por lo tanto, nuestra capacidad para responder de manera eficaz y eficiente a cualquier cosa que ataque nuestra salud. Durante la mayor parte del año nos hemos estado aislando, lo que significa que no se le ha pedido a nuestro sistema inmunológico que trabaje mucho, a menos que hayas contraído la covid-19. En la interacción humana normal, nos exponemos constantemente a diferentes microbios que ejercitan nuestro sistema inmunológico, pero ahora nos enfrentamos a un invierno con un sistema inmunológico flojo, por lo que es importante que hagamos todo lo posible para fortalecer nuestra inmunidad. Una de las mejores formas de hacer esto es tomar un probiótico de amplio espectro. Una buena dieta, pocos malos hábitos y ejercicio también son útiles, pero una buena inmunidad comienza con muchos microorganismos y bacterias buenas.

La segunda dinámica importante de nuestro sistema inmunológico es nuestra actitud mental. Nuestra inmunidad refleja nuestro estado mental. Por ejemplo, si tenemos una visión pasiva de nuestra salud, entonces tendremos un sistema inmunológico pasivo. Peor aún si ante una pandemia respondemos sintiéndonos indefensos, pués desarrollaremos una respuesta inmune febril. ¡Ojalá nos hagamos una idea! A veces puede ser útil revisar la actitud mental hacia la propia salud y la respuesta a las amenazas.

Después de mi accidente cerebrovascular, me sorprendió la cantidad de personas que se asombraron al oír que no escuché a los médicos. Bueno, la mayoría de las veces no les escucho, a excepción de un par, pero ví aquel momento como una gran llamada de atención y desde entonces me he concentrado en encontrar nuevas formas de ser y aprender todo lo que pueda sobre mi situación. A veces necesitamos ser amables con los demás, pero duros con nosotros mismos, y básicamente debemos dejar atrás nuestra zona de confort. Nuestro apego a nuestra comodidad nos pone en un lugar pasivo y luego buscamos que los demás nos cuiden y, por lo tanto, renunciamos a nuestro poder. Me gustaría desarrollar una muy fuerte inmunidad. Amo la idea de un fuego tan fuerte en mí mismo que podría resistir todo lo que podría ser llamado a resistir. Necesitamos encender un fuego interior que nos ayude a purificarnos.

 

Hoy, tómate unos minutos para verificar tu actitud y, como un flujo de conciencia, anota cuál es tu actitud hacia el coronavirus; de hecho, anota tu actitud ante cualquier virus y también podrías dejar clara tu actitud ante otros problemas de salud y formas de enfermedad. Una vez que hayas escrito una serie de actitudes, podrás reconocer que estas actitudes son una representación directa de tus elecciones a lo largo del tiempo. Esta es la buena noticia, no la mala, porque ahora puedes tomar nuevas decisiones conscientemente, que posteriormente te llevarán a una nueva actitud.

Y ahora, con conciencia, tú y tu inmunidad podéis prepararos para el invierno …

Cuídate mucho, con amor,

Jeff